UNA APROXIMACION TEORICA SOBRE LA CONSTRUCCION DE LA IMAGEN MENTAL Y EL SIMBOLO Y EL POR QUE DE SU EFICACIA EN PSICOTERAPIA.
SUEÑO DESPIERTO ANALITICO DE ROBERT DESOILLE
CONSTRUCCION PROYECTIVA TRANSICIONAL DE D. GHELMAN
EJEMPLOS CLINICOS
Autores: Dr. David Ghelman, Lic. Viviana Burbridge
Hecho el depósito que marca la ley Nº 11.723 de propiedad Intelectual
LA IMAGEN COMO INSTRUMENTO PSICOTERAPÉUTICO
“Las imágenes son el lenguaje del alma.”
Aristóteles
Es nuestra intención proponer a través de éstas líneas una hipótesis teórica sobre el uso de las imágenes mentales, o representaciones mentales, dentro del campo psicoterapéutico y el por qué de su importancia en el proceso de curación de una enfermedad mental.
La imagen –entendida como representación mental y ligada a todos los elementos sensoperceptivos- ha sido y es un área que atrajo la atención de filósofos y científicos de todas las épocas.
Recién a partir de Freud se jerarquiza la imagen como expresión del inconsciente y a partir de allí, como instrumento psicoterapéutico. Siguieron su camino autores de la talla de Jung, Desoille, Winnicott, Lacan, Piaget, etc.
Freud, con La interpretación de los Sueños, Jung con la actividad imaginativa y Desoille con el Método de Sueño Despierto Dirigido, son algunos de los ejemplos que abren un campo de inusual importancia a los métodos psicoterapéuticos.
A partir de 1950/60, el tema de la imagen comienza a invadir los centros de investigación más importantes en el campo de la Psicología, donde se indaga la función de la imagen dentro del psiquismo y de la vida de un individuo. Centros de investigación de Canadá, Francia, EEUU, Rusia, Australia, Israel, etc., demuestran la preocupación actual por la función de la imagen mental en el psiquismo.
Vemos, además en la historia de la humanidad, que la imagen se revela como una especie de núcleo alrededor del cual se originan aspectos del individuo y de la cultura: los sueños, el arte, las ciencias, la vida. Las imágenes son los testigos de todo lo que nos va ocurriendo, desde la vida intrauterina hasta la muerte, los intermediarios entre el tiempo, el afecto, entre el deseo y la frustración, entre la alegría y la tristeza; son los indicadores de que estamos vivos y de cómo estamos viviendo.
En síntesis, soy en tanto percibo imágenes, sean internas o externas. Recordando a Descartes: Pienso, luego existo. O, mejor, imagino, luego existo, pues si no puedo imaginar no tengo conciencia de mi existencia. Como ejemplo de lo antedicho, aludimos al dormir, del cual sólo tenemos referencias a través del soñar –y se sueña con imágenes- pues del período en que no hemos soñado no tenemos referencias conscientes.
El hombre tiene la posibilidad de relacionarse a través de su sistema sensoperceptivo tanto con el mundo interior como del exterior. Tomemos como ejemplo un no vidente: éste tiene una vía de conocimiento abolida, lo que le impide conocer una puesta de sol con la variedad de matices que ésta tiene. Una persona con abolición del olfato no puede percibir perfumes o gases tóxicos, o lo que fuere, pues no puede imaginar lo que es un perfume; sencillamente, no puede conceptualizar lo que es el olor. Lo mismo ocurre ante cualquier ausencia o pérdida de una vía sensorial. No se puede conocer lo que no se puede percibir –reza un viejo axioma - pero sí se puede crear a partir de conocimientos adquiridos. Es decir que el primer elemento del conocimiento sería el sistema sensoperceptivo, y las etapas de conocimiento estarían dadas no sólo por el estímulo sino por la maduración del sistema sensoperceptivo y del resto del sistema nervioso.
Nos permitimos realizar una comparación entre el aprendizaje y conocimiento del individuo y el sistema inmunológico que posee nuestro organismo. Si éste es agredido por un agente externo, primero toma conocimiento del ataque y luego desarrolla los anticuerpos o defensas para superarlo. Una vez resuelta la agresión, o destruido el agente agresor, queda guardado dentro del organismo el elemento que le permitirá defenderse frente al mismo tipo de ataque. Así quedan guardadas en nuestro psiquismo las situaciones vividas en cada momento y que surgirán –espontáneamente o a través de un estímulo – bajo la forma de una imagen.
Relataba una paciente que, sentada en el banco de una plaza, no sabe cómo ni por qué, recordó bruscamente la imagen de su madre (muerta hace años) y sintió la tersura del cabello que tenía y cómo lo acariciaba cuando era chica, explotando en un llanto sorprendente para ella. En este ejemplo aparece el tacto como imagen mental, con un componente emocional particular.
Podríamos escribir innumerables páginas con ejemplos que muestran la importancia del sensorio en el aprendizaje o conocimiento.
Entendemos que toda estructura sensoperceptiva aferente debe pasar por un área que denomino SENTIDO IMPREGNADOR AFECTIVO INTERNO, que es el área neurológica donde se encuentran localizados los centros que regulan la emoción y que impregna, de acuerdo a la calidad e intensidad del estímulo. Daremos un ejemplo: se realizaron experiencias en EEUU con bebés recién nacidos que estaban en la nursery, o alejados de la madre. Cuando se les hizo escuchar los latidos amplificados de las diferentes madres, cada bebé calmaba su llanto únicamente al escuchar los de su madre y no los de otra. Es decir que ya en la vida intrauterina, con el desarrollo de su sistema perceptivo auditivo, lo acompaña el sonido característico del corazón de su madre, formando parte del hábitat normal para su desarrollo. Ese sonido adquiere un significado especial para ese bebé, con un quantum emocional particular, asociado a otros estímulos que integran su hábitat –calor, movimientos, presiones, etc. – que van siendo aprehendidos y grabados por el feto y se expresan luego en el bebé.
Otro ejemplo es el acunar –movimiento- que los calma y los hace dormir. El movimiento es algo que conoció o percibió durante la vida intrauterina. Las sensaciones percibidas tienen una impregnación particular, y nos referimos a la particularidad pues cada ser humano tiene un sistema sensoperceptivo desarrollado de una forma única y con un “sonido” distinto, individual. Todos los violines tienen un sonido parecido, pero ninguno es igual a otro; creemos que ocurre lo mismo con el sistema sensoperceptivo, hay un sonido particular en cada ser humano.
Hemos visto hasta aquí, sintéticamente, dos elementos: la sensopercepción y la emoción, a las que se agregaron el conocimiento, el reconocimiento y el recuerdo. Es decir que la imagen lleva consigo la capacidad de memoria........