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Bach en la cárcel

por Juan María Solare

La persistencia suele ser una virtud, pero a veces tiene consecuencias desagradables: "El 6 de noviembre, Bach, que hasta ahora ha desempeñado las funciones de organista y de Konzertmeister, ha sido arrestado en el palacio de justicia por haber solicitado con demasiada insistencia una licencia inmediata." ¿Para qué quería Bach este permiso, y quién se lo negó de manera tan drástica?

Cuando Johann Sebastian Bach tenía 32 años -esto es, en 1717- se encontraba al servicio del príncipe Wilhelm Ernst (1688-1748), duque de Sajonia-Weimar, en calidad de "Konzertmeister" (lo que hoy sería el primer violín de una orquesta) y organista. Poco antes había muerto Johann Samuel Drese (1644-1716), el Kappelmeister (maestro de capilla, equivalente al director de orquesta), dejando vacante un puesto al que Bach suponía tener derecho. Se le ofreció primero el cargo a un gran amigo de Bach, Georg Phillipp Telemann (no se sabe si por delicadeza respecto de Bach o para que éste no puediera quejarse demasiado). Telemann se negó, y el ofrecimiento fue trasladado al hijo del antiguo Maestro de Capilla, a Johann Wilhelm Drese (1677-1745), que de ninguna manera podía medirse con Bach.

Como consecuencia de toda la maniobra, Bach quedó sometido, en la jerarquía, a un músico menos hábil. El resentimiento de Bach hacia el príncipe es justificable, al menoscabar éste su prestigio profesional (designando a un músico mediocre como superior) y, en forma implícita, desaprobar su amistad personal. Los móviles del príncipe Wilhelm Ernst eran políticos, pero es comprensible que Bach buscase nuevos horizontes.

Estos se presentarán por intermedio de un pariente de su patrón, el príncipe Leopoldo de Anhalt, en Köthen (1694-1728), visita frecuentemente el castillo de Weimar, demostrando gran interés ante la eficiencia profesional de Bach. Por fin, el príncipe Leopoldo le propone formalmente el cargo vacante de Kapellmeister en Köthen, el 5 de agosto de 1717.

Y aquí comienzan las fricciones con el actual patrón: Bach necesitaba su conformidad para alejarse de Weimar. ¿Habrá habido algo de arrogancia de su parte? Lo cierto es que el príncipe Wilhelm Ernst rechazó el pedido. Un par de meses más tarde, luego de una gira por Dresde, Bach reitera la solicitud, despertando la reacción que da origen a este artículo, y que ha quedado documentada por el Secretario de la Corte de Weimar en la sucinta anotación que citamos al principio (cuyo manuscrito se encuentra, para curiosidad del viajero, en el Thüringer-Staatsarchiv de Weimar).

Así es como, después de casi una década de servicio en la corte, Bach llegó a degustar el espíritu y los métodos del absolutismo.

Como no hay mal que dure cien años, Bach es liberado el 2 de diciembre del mismo año, 1717, y se le concede la ansiada licencia muy a disgusto. Apenas salido de la cárcel, se dirige a Köthen, donde ya lo esperaban su esposa Maria Barbara y sus hijos, y donde ejercerá su cargo de Kapellmeister.

Sin duda, la prisión resultó una experiencia desagradable para Bach. Pero cabe preguntarse si fue necesario que pasara por ella para desatarse de su patrón, que si alguna vez lo protegió, ahora quería borrar todo rastro de su paso por Weimar. Además, Bach quería complementar su faceta de compositor de música litúrgica con obras puramente instrumentales. No hubieran podido nacer allí sus grandes obras orquestales, como los seis Conciertos Brandeburgueses o las cuatro Suites para Orquesta, tal vez tampoco el Clave Bien Temperado. Es razonable pensar que, como en tantos casos ocurre, una pérdida o un mal aparente devino en una verdadera ganancia, en un bien real, cerrándose un ciclo ya agotado en su vida y abriéndose otro de interesantes alcances en otro punto de Alemania.


Informe del secretario de la corte, Theodor Benedict Bormann. Bach-Dokumente II-84 (1969 Bärenreiter, Kassel).

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